Los naufragos del mar de plástico. Del blog de Gustavo Duch

…Tras más de ocho horas de tutorar tomates o recoger pepinos, calabacines y berenjenas, reciben 20 euros.

Esta realidad la narra el documental ‘Los náufragos del mar de plástico’de Gilles Gasser y Jean-Marie Barrère, con testimonios e imágenes rodadas en Almería, la huerta de la Europa de las vallas, un océano de 30.000 hectáreas de plástico visible desde el espacio y donde a diario también se ahogan muchas personas.

Algunas similitudes podemos encontrar con las reivindicaciones que estos días de recogida de fruta volvemos a escuchar, como ya sucede durante demasiados años, en boca de las y los temporeros en Lleida que algún día llegaron de Marruecos, Gambia o Mali. También hablan de contratos que no existen, de salarios ilegales por debajo del convenio y por debajo de los mínimos para vivir, y de estar en torres abandonadas, granjas o en la calle, o no poder ni lavarse en las fuentes del pueblo porque les cortan el agua.

Sin justificar al sector agrario de Almería o Lleida que permite y solidifica esta situación, ni desde luego la falta de voluntad política de las administraciones respectivas, mucho tiene que ver en todo esto el poder de las grandes superficies de la distribución alimentaria. Al concentrarse el poder de este eslabón de la cadena alimentaria en muy pocas manos –en Catalunya, los 10 primeros operadores comerciales concentran el 77,4% del total de la oferta comercial, destacando los grupos Carrefour+Dia (20,4%),Mercadona (14,7%) y Caprabo-Eroski(12,21%)–, y sin regulaciones que lo impidan, se permiten decidir a su conveniencia el precio a pagar a quien produce los alimentos y el que cobrar a quienes los consumimos.

El mes pasado, mientras a sus proveedores les pagaban 0,20 euros el kilo de berenjenas, 0,12 el de calabacines o 0,19 el de pepinos, vendían estos productos en sus estanterías a 1,75, 1,55 y 1,86 euros, respectivamente. Es decir, entre nueve y doce veces más caro. Un actor invisible pero protagonista de este documental.

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Juicio de los pueblos del mucho contra la agricultura industrial

En muchos lugares, a 22 de abril, día internacional de la Tierra. Juicio de los pueblos del mundo contra La Agricultura Industrial, nacida en 1940 y conocida también bajo el seudónimo de Revolución Verde y defendida por los abogados de las multinacionales que la practican.

Hechos

Primero. A pesar que la Acusada se declara moderna, se considera probado que se rige por mandato bíblico, “henchid la tierra y sojuzgadla, ejerced dominio sobre las aves del cielo y sobre todo ser viviente que se mueve sobre la tierra”, siendo responsable directa de la desaparición de abejas, lombrices, gorriones y muchas más especies animales y vegetales.  

Segundo. A pesar que la Acusada se declara eficiente y productiva, se considera probado que su eficiencia y su productivismo es responsable, como dos caras de la misma moneda, de que mil millones de personas pasen hambre y otros mil millones padezcan obesidad.

Tercero. Se considera probado que la Acusada, haciendo uso de prácticas ilegales como la extorsión, la transgenia, el expolio y el monopolio, acapara y controla un 70% de los recursos agrícolas del Planeta (tierra, semillas, pesca, aguas…) para finalmente entregar -en acto de desfalco o malversación- sólo un 30% de los alimentos que se consumen a nivel mundial.

Cuarto. Se desestima la alegación de la defensa de daltonismo de la Acusada -confundir el verde por negro- para justificar el uso de petróleo en todas las fases productivas. Al contrario, se considera probado que es un abuso voluntario y sistemático responsable de al menos la emisión del 50% de los gases que provocan el cambio climático.

Quinto. Aunque la Acusada se vanagloria de su tecnología, se considera probado que ésta es simplemente copia fidedigna de la tecnología militar. Se adjuntan como pruebas los currículums bélicos de empresas como Monsanto y Bayer.

Fallo

Nosotras y nosotros, los pueblos del mundo, resolvemos que esta práctica que malentiende la producción de alimentos es autora de repetidos engaños y es responsable de delito contra la Vida, la Naturaleza y la Humanidad. Y la condenamos a la pena de olvido, marginación y desuso de hoy en adelante.

Así por ésta sentencia, lo pronunciamos, mandamos y firmamos.

Gustavo Duch. La Fertilidad de la Tierra, Verano 2017

VII Conferencia movimiento campesino internacional. Pais Vasco julio 16 al 24

“¡Alimentamos nuestros pueblos y construimos movimiento para cambiar el mundo!” Con este lema, centenares de representantes de mujeres y hombres del campo del movimiento internacional La Vía Campesina se dirigen hacia el País Vasco del 16 al 24 de este mes de julio para celebrar su VII Conferencia.

La Conferencia Internacional de La Vía Campesina (LVC), celebrada cada cuatro años, consiste en la instancia más alta a través de la cual se deciden estrategias colectivas y se mantienen debates internos para un movimiento creciente que representa cerca de 200 millones de campesinos y campesinas, pequeños y medianos productores, pueblos sin tierra, indígenas, migrantes y trabajadores agrícolas de todo el mundo.

Durante una semana en Derio, País Vasco, se trataran temas como: Las experiencias locales llevadas a cabo por el movimiento, al igual que los procesos internacionales en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU por una Declaración de derechos de campesinas y campesinos y de otras personas que trabajan en las zonas rurales o aquel, también en la ONU, por un Instrumento internacional jurídicamente vinculante contra el abuso de empresas multinacionales. Las diferentes regiones de LVC presentarán igualmente sus luchas, como la de la región Europea en las instancias institucionales por una nueva política agrícola común y reforma contra la concentración de tierras; la de África, por la soberanía de sus semillas; o la de América Latina por una reforma agraria popular y contra el gran Capital.  Las regiones de Asia presentarán sus campañas contras los tratados de libre comercio (TLCs), los OGM y el desafío al que se enfrentan ciertas de sus zonas ante el aumento del nivel del mar por el cambio climático.

Se dará un enfoque particular a temas como: el impacto de los TLCs sobre la Soberanía Alimentaria, la Captura Corporativa y protección a través de patentes de las semillas, la criminalización del movimiento y hasta el asesinato de líderes, soluciones campesinas al cambio climático y las escuelas de agroecología como una forma de ejercer la Soberanía Alimentaria en los territorios.  Habrá eventos abiertos al público previstos el 19 de julio en Derio (para la apertura de la Conferencia) y el 23 de julio en una marcha de Dario hasta la Plaza Nueva de Bilbao, donde se hará un acto político público.

En momentos donde, por un lado, la importancia de las cadenas alimentarias se refuerza en la opinión pública, pero por otro, se intensifican los  atropellos a nivel global contra comunidades campesinas, las conclusiones de este encuentro prometen ser un avance significativo en la lucha por la Soberanía Alimentaria, y por ello fortalecer el trabajo que lleva a cabo La Via Campesina por la realización de nuestros derechos y, por ente, la paz y justicia en nuestras comunidades y mundo.

Para más información sobre la VII Conferencia de La Vía Campesina, consulte nuestro Kit de prensa.

Descaga también nuestro afiche oficial, aquí.

Contactos:

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Soja y por qué prohibirla

Del blog de Gustavo Duch

Cuando se está llevando a cabo la cosecha número 20 de soja transgénica en el Cono Sur, la organización GRAIN aporta 20 razones para exigir su prohibición:

Porque es delincuente. Su cultivo fue autorizado por un organismo, la Comisión Nacional Asesora de Biotecnología Agropecuaria, a partir de un expediente de 136 folios, de los cuales, 108 fueron aportes de Monsanto, la empresa creadora de esta nueva semilla.

Porque es monótona. Con un ejército de tractores, la invasión de la soja significó el nacimiento de una nueva República. La República Unida de la Soja con más de 54 millones de hectáreas, repartidas entre Paraguay, Bolivia, Argentina y Brasil, donde sólo se cultiva soja; donde no hay espacio para más vida.

Porque es un golpe de Estado. En esta República gobiernan ininterrumpidamente Monsanto y otras corporaciones del sector sojero como Syngenta o Cargill.

Porque viste uniforme. Y, acariciando sus anillos mágicos, dictan leyes. ― Quien controle la Semilla Única se lucrará por sus ventas y por su uso, incluso en los casos en que el productor o productora guarde semillas para los años siguientes.

Porque es una dictadura. Las corporaciones mandamases cuentan, también, con el apoyo de medios de comunicación contrarios a la libertad de expresión y a cualquier debate sobre los impactos del modelo.

Porque monopoliza. Con la implantación impuesta del monocultivo de soja, día a día fue aumentando la concentración de la tierra en pocas manos.

Porque vacía. Y forzó a la desposesión y al éxodo de cientos de miles de campesinas y campesinos que dejaban atrás su capacidad de producir alimentos para la población local.

Porque enferma. El superpoder mutante con el que nace esta semilla de ciencia ficción, es la inmortalidad frente a un veneno inventado por el propio Monsanto, el glifosato. Su uso no ha dejado de crecer y, cual lluvia persistente, sobre estas tierras caen cada año más de 550 millones de litros de este herbicida clasificado como“probablemente cancerígeno” por la Organización Mundial de la Salud.

Porque mata. Porque sembrando estos cultivos, brotaron “los pueblos fumigados” donde el incremento del uso de venenos en general, y del glifosato en particular, es causa de muchas enfermedades varias. Y de la enfermedad de la muerte.

Porque remata. Y quienes se han ido oponiendo al avance de este río de lava inanimada, han sido perseguidos y asesinados.

Porque no es de fiar. La inocuidad de la soja transgénica en la alimentación, con su glifosato como aliño, nunca ha sido demostrada.

Porque es carnívora. Aunque la soja no coma carne, su producción masiva es determinante para la expansión de la ganadería industrial y la producción de carne barata en todo el Planeta, con todos sus graves impactos ambientales, sanitarios, en el clima y en la salud a nivel global. A más ganadería industrial más desaparición de pequeñas granjas sostenibles y orientadas a las economías locales.

Porque engorda. La soja, junto con el aceite de palma y el azúcar son las materia primas estrellas en los alimentos procesados. No se come fresco, no se come verde, no se come sano.

Porque es desierto. La expansión de los cultivos de soja, hachazo tras hachazo, ha acabado con millones de hectáreas de bosque nativos en todo el Cono Sur.

Porque sustituye. Al avanzar la soja, la ganadería se desplaza hacia otros ecosistemas mucho más frágiles, en ocasiones territorios de pueblos originarios, con consecuencias gravísimas sobre los mismos.

Porque esteriliza. Esta agricultura, sin bisturí, abre la tierra en canal para despojarle de sus nutrientes; y ya nunca más podrá parir.

Porque asfixia. Finalmente, toda la cadena de la soja -su cultivo, su transporte, su uso- tiene un enorme impacto en el incremento de la emisión de gases de efecto invernadero.

Porque es mediocre. La tecnología de éste cultivos transgénico ha fracasado desde el punto de vista agronómico con el surgimiento malezas resistentes al glifosato, obligando al aumento de su uso y al de otros herbicidas.

Porque simplifica. De hecho, la tecnología de la transgénesis es una traición a la complejidad de los sistemas genómicos.

Porque engaña. Y si su supuesto beneficio era la mayor productividad, está demostradísimo que los cultivos de soja transgénica no producen más que los cultivos de soja convencional.

Soberania_Alimentaria La comida en la mesa de los municipios del cambio

Los movimientos sociales, protagonistas de unas nuevas políticas alimentarias municipales.

Tras los resultados de las elecciones de mayo de 2015, donde plataformas ciudadanas llegaron a las alcaldías de cientos de municipios, iniciativas transformadoras como las de Carcaboso se han replicado a lo largo de toda la geografía española.

Este fue precisamente el tema sobre el que versó el último foro de Plataforma Rural, la principal red estatal de organizaciones ecologistas, campesinas y de soberanía alimentaria, bajo el nombre “Municipalismo transformador por un mundo rural vivo”.

“La ciudad nos necesita, nuestros campos producen los alimentos, nuestras gentes guardan la tierra, los paisajes y la salud del planeta”, afirmaba el manifiesto final del encuentro, donde el tejido rural y agrario se posicionó como pieza imprescindible en los procesos que se impulsan en pueblos y ciudades para transformar el sistema alimentario.

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