A finales de marzo un informe de las organizaciones Food & Water Europe, Amigos de la Tierra, CECU y VSFJustica Alimentaria Global revelaba el impacto global de la industria agroalimentaria del porcino española. Entre las principales conclusiones del informe se encuentra la expansión incontrolada de esta industria, que ha convertido al porcino español en uno de los modelos más similares al de la ganadería industrial estadounidense. Esta tendencia ha provocado una profunda concentración del sector del porcino, con el cierre de 128.000 granjas entre 1999 y 2013. Pese a esta deriva, la industria del porcino no para de crecer y ya supone un 37% de la producción ganadera española. El 40% de la producción porcina va a la exportación, esto ha supuesto que España lidere el ranking de la Unión Europea y sea el tercer país mundial en exportación porcina solo por detrás de China y Estados Unidos.
En los últimos años, el miedo de agricultores y ganaderos españoles y europeos a tratados de libre comercio como el CETA o el TTIP ha generado en la memoria colectiva la idea de una industria alimentaria europea protegida de prácticas como el regado con glifosato, los cultivos genéticamente modificados o la utilización de hormonas y antibióticos en las carnes. No obstante, el informe señala a España como el país europeo que mayor cantidad de antibióticos utiliza en los animales consumiendo un tercio de todos los medicamentos para ganadería utilizados en el conjunto de la UE. Además, la mayor parte de la soja y el maíz utilizados para los piensos son transgénicos facilitados por Monsanto para la ganadería industrial. “Uno de los grandes interesados en que triunfe el CETA o el TTIP ha sido España, que se ha mantenido en silencio. Nuestro modelo alimentario es mucho más perverso que el sistema norteamericano y canadiense. Entre las grandes integradoras se encuentran Cargill y Monsanto, quienes actúan como franquicias suministrando a las macrogranjas el maíz y la soja transgénica para los piensos. En España se engorda al animal y se lo vuelven a llevar fuera”, explica el presidente de la organización Mensa Cívica.