Se trata de un grupo de jóvenes que forman la Asociación de Repobladores de la Sierra Norte, cuya media de edad ronda los 30 años, una generación azotada por las consecuencias de la crisis económica: «Para tener un trabajo precario por 600 euros al mes siempre hay tiempo». Llegaron a Fraguas en 2013 buscando un pueblo abandonado para empezar una nueva vida en el entorno rural. Comenzaron desde cero la reconstrucción de un lugar en ruinas, destruido por las minas y las granadas de los militares. Cuentan con una casa principal donde está la cocina, la biblioteca y cuatro literas; una despensa; un taller donde realizan productos artesanales; un baño; una fuente y un almacén. Otras casas están en proceso de construcción.
«Nos juntamos, decidimos que era un buen sitio y nos pusimos a trabajar. Estuvimos durmiendo seis meses al raso pero hemos tenido el apoyo de muchos colectivos y personas que nos ayudan», cuenta Issac Alcázar, uno de los primeros repobladores.»Queremos un modelo de sociedad comunitario, autosuficiente y autogestionado», explican, «no se trata de nuestro pueblo, sino de un proyecto social».
Lee aquí la noticia completa en su fuente original