Nuevas compañías y capitales financieros ajenos al sector agro están controlando cada vez más territorios en el Viejo Continente. Acaparamiento, falta de transparencia, especulación, PAC y expulsión de jóvenes agricultores son algunos de los fenómenos asociados. La escasez de datos dificulta el análisis, aunque diferentes organismos están intentando alzar la voz.