La mayor parte de los perfumes existentes en el mercado tienen en su composición sustancias químicas potencialmente peligrosas. Así lo demuestra el informe Eau de Toxines que ha presentado Greenpeace . 34 de las 36 marcas analizadas contienen sustancias peligrosas (ftalatos y almizcles sintéticos) cuya inocuidad no ha sido probada. Estos perfumes pueden aumentar nuestra exposición a estas sustancias facilitando su penetración en nuestro organismo. Estos químicos no se degradan con facilidad y algunos pueden acumularse en los tejidos del cuerpo humano. Además evidencias científicas indican que podrían tener efectos no deseados en la salud.